Llevo años transitando por estos caminos sin entender el propósito de dicha estadía. Las sandalias están maltrechas de tanto caminar, y mi ropa gastada es muestra de los largos y pesados años. Por tanto tiempo había escuchado de ti; de lo dulce que eras. Varios intentos fallidos demuestran que te quise alcanzar, no obstante aun no te conozco. Y me desespera, el desierto en el que estoy y no encuentro descanso para mi ser. ¿Será que siempre fue un espejismo y que en realidad me encuentro al borde del océano? De todas maneras, ¡ya basta! ¿Hasta cuando te esconderás de mi dulce descanso? ¿Cuando será que te veré llegar? A lo lejos se escucha una voz que responde: tal parece que nunca lo entendiste...